4. Overclocking

Overclocking: ¿sí o no?

Algunos procesadores permiten la práctica del overclocking, que no es más que elevar la velocidad de frecuencia de una CPU por encima de la que aparece en sus especificaciones.

De estos modelos se dice que están “desbloqueados”, frente a los “bloqueados”, que no la admiten.

Hay varios motivos por los que realizar overclocking. Algunos lo hacen por puro placer. Otros para ver hasta dónde pueden llevar la potencia de su equipo. Y también hay quienes simplemente quieren conseguir algunos FPS (frames por segundo) extra en sus juegos.

Sin embargo, el overclocking no es para todo el mundo. Realizarlo conlleva tener que ajustar distintos parámetros y estar pendiente de las temperaturas que alcanza tu equipo con el fin de que no acabe dañado.

Además, si te decides a hacerlo, debes saber que el coste total de tu equipo subirá, ya que necesitarás un disipador mejor que el que el procesador trae de serie y una placa base capaz de soportar esta práctica, especialmente si optas por la vía Intel, para lo que debes hacerte con un modelo cuyo nombre acabe en -K.

En cambio, todos los Ryzen admiten esta práctica, en mayor o menor medida, y muchos cuentan con un disipador bastante decente para realizarla al menos de forma moderada.

Como ves, se trata de otra decisión importante que debes tomar antes de lanzarte a comprar un nuevo procesador.