2. ¿Cómo es el Microprocesador?

Cómo es la CPU

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La CPU suele ser pequeña, con forma cuadrada, y tiene conectores y pines metálicos. Por lo general, suele estar instalada en la placa base de un ordenador, en un zócalo especial que puede estar en diferentes sitios dependiendo de la placa base. El procesador no va soldado a la placa, por lo que puedes cambiar la CPU de un ordenador por otra si quieres.

La CPU tiene un mínimo de un procesador o núcleo en su interior, un chip para realizar los cálculos y operaciones. Al principio todos tenían sólo uno, pero con el tiempo las CPU han ido aumentando el número de estos núcleos, y hay diferentes maneras de llamarles dependiendo de este número.

Por ejemplo, si alguna vez has escuchado que un procesador es Dual-Core o de doble núcleo, es porque tiene dos de estos chips en su interior. Luego evolucionaron a cuatro, los Quad-Core, y se han ido aumentando con seis, ocho o incluso 12 núcleos o más. Todos ellos se identifican por ese nombre que incluye la palabra Core, pero antes se le pone una referencia al número de núcleos.

Que la CPU tenga varios procesadores o núcleos suele implicar que es capaz de realizar más operaciones a la vez, por lo que su funcionamiento puede ser más rápido y mejor. Sin embargo, esto no siempre quiere decir que cuantos más núcleo haya más rápido será todo, ya que esto es algo que también depende de cómo sean cada uno de los núcleos.

Por ejemplo algunos procesadores de Intel y AMD, los dos principales fabricantes, tienen tecnologías que les permiten ejecutar dos hilos de ejecución en un único núcleo, que son las secuencias de instrucciones pertenecientes al sistema operativo o aplicación. Los hilos de ejecución, o threads en inglés, son las secuencias de instrucciones pertenecientes al sistema operativo o una aplicación.

¿Y esto qué quiere decir? Pues que en los procesadores que tengan esta tecnología, cada núcleo físico puede actuar como si fuera dos núcleos virtuales, ya que cada uno puede trabajar con dos hilos o secuencias de instrucciones diferentes.

Y luego está la frecuencia del procesador, que se marca en gigahercios. La frecuencia, también llamada el reloj, es la que marca el ritmo con el que trabaja el procesador. Un hercio es una acción que se repite una vez por segundo, y así subiendo, hasta el Gigahercio, que son 1.000.000.000 de acciones por segundo.

El ritmo de trabajo de un procesador viene marcado por la capacidad de realizar cuantas más acciones por segundo mejor, ya que cada operación de una aplicación puede requerir varios ciclos de reloj o acciones.

En definitiva, ya no sólo importa el número de procesadores, sino cómo trabaja cada uno. Cuantos más GHz tenga un procesador más rápido será. Esto, simplificándolo al máximo, significa que si tienes un procesador de cuatro núcleos a 1 GHz, este será más lento que un procesador de dos núcleos a 2,5 GHz.

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