El hábito de medir con exactitud y precisión, forma parte de la formación científica del individuo. Solo así se le da la verdadera importancia al proceso de medición. Si los valores obtenidos, no importa cuán lejos o cerca estén de los valores verdaderos, el sujeto no se responsabiliza con la trascendencia que puedan tener y no prestará atención ni cuidado a dicho proceso.